Curioso gráfico de Wall Street Journal el que he encontrado hoy en CapitalBolsa.
Después de los colapsos bursátiles de 2000-2002 y 2007-2009, de diversos escándalos financieros, del aumento de las transacciones de alta frecuencia vía sistemas automáticos y de las preocupaciones sobre la capacidad de Washington para frenar la deuda, los estadounidenses se están alejando paulatinamente del mercado de renta variable.
Los inversores individuales han retirado cerca de 900 mil millones de dólares de fondos de acciones en EE.UU. desde enero del 2000, según los últimos datos ofrecidos por EPFR Global. Las acciones y los fondos de renta variable representan ahora un 37,9% del total de los activos financieros de los particulares estadounidenses, frente el 50,5% que llegaron a alcanzar en el boom tecnológico del 2000.
Datos similares se dan en Europa. Los pequeños inversores tienen ahora un pequeño porcentaje de sus inversiones en renta variable, y para una generación, las bolsas ya no serán el destino de su dinero. Las fuertes caídas en muchos de los pequeños valores, que eran grandes protagonistas de las carteras de este tipo de inversiones, han provocado que la percepción de los particulares sobre estos activos sea ahora muy negativa. A pesar de la fuerte recuperación que han vivido las bolsas mundiales desde los mínimos de 2009.