Hoy hemos amanecido con la noticia de que el Eurogrupo y el FMI han alcanzado un acuerdo tras diez horas de negociación para rescatar a Chipre con 10.000 millones de euros, según un comunicado oficial.
Evidentemente este rescate tiene condiciones, y las más llamativa es que el acuerdo incluye un impuesto que se parece como una gota de agua a una quita en los depósitos chipriotas. Todas las cuentas de la pequeña isla del Mediterráneo —tanto de residentes como de no residentes— quedarán sujetas a una tasa, que se pagará solo una vez, del 9,99% para los que superen los 100.000 euros, y del 6,75% para los que no lleguen a esa cantidad.
El impuesto acordado con las autoridades chipriotas se aplicará sobre el principal, no sobre los intereses, de tal modo que un ahorrador chipriota con 101.000 euros en el banco perderá de forma inmediata 10.000 euros. Se trata por tanto de una medida nunca antes adoptada en la Eurozona y supone atravesar la línea roja que el propio Eurogrupo dijo que no se cruzaría cuando el año pasado impuso una quita a los inversores de deuda griega. Con el agravante de que esta vez la quita se impone a los ahorradores.
Esta medida genera un riesgo de fuga de depósitos cuando abran las entidades financieras el martes (el lunes es fiesta en Chipre y Grecia). ¿Por qué un depositante iba a mantener su dinero en el banco si de la noche a la mañana le van a quitar parte de su dinero? En el Eurogrupo reconocen que este riesgo existe y que “corresponde al Banco Central de Chipre controlar los flujos de depósitos”.
En realidad la forma acordada de controlar estos depósitos y evitar una salida en masa de fondos es imponer un ‘corralito’ hasta que se aplique la tasa. El Gobierno deberá tramitar la ley este fin de semana para que entre en vigor antes de que abran los bancos el martes por la mañana.
La terminología “corralito” tiene su origen hace 10 años, cuando Argentina sufrió la peor crisis económica de su historia. En 1999, el entonces presidente de Argentina, Fernando De la Rúa, heredó un déficit fiscal en la administración de más de 7000 millones de pesos, la deuda externa ahogaba al país y los escándalos de corrupción brotaban como hongos a lo largo del mapa. Para ponerle remedio, De la Rúa anunció un ajuste del gasto público de2.000 millones de dólares que incluía un recorte del 5% a las universidades públicas.
El 3 de diciembre de 2001 De la Rúa tomó una decisión histórica: prohibió la libre circulación del crédito bancario y limitó a 250 pesos semanales las extracciones bancarias. Tan solo unos meses antes el Congreso argentino había garantizado la libre disponibilidad de los depósitos bancarios por medio de la Ley de Intangibilidad de los Depósitos.
Esta medida, lejos de solucionar la situación, fue el detonador que lo hizo estallar todo. La situación argentina había llegado a un punto de no retorno y la gente salió a la calle a buscar culpables. Para cuando los argentinos pudieron recuperar su dinero, vieron que el hechizo se había roto: los pesos ya no eran dólares y valían 3 veces menos que antes. En general todo el país era el triple de pobre.
En su origen, la palabra «corralito» se usaba en Argentina para referirse al recinto de suelo acolchado y rodeado por barrotes donde se encierra a los niños pequeños (un «parque» en España). Una jaula infantil para que los niños no se escapen y permanezcan seguros. La ironía del periodista argentino Antonio Laje adoptó el término para referirse a los bancos: prisiones de las que el dinero no debía escaparse. Desde entonces cada vez que un gobierno limita o prohibe la libre circulación del crédito bancario, ese fenómeno es llamado «corralito».
Después del «corralito» vino el «corralón»: el Gobierno argentino confiscó y devaluó los depósitos a plazos fijos. Once años después de que ocurriera el «corralito», mucha gente continúa sin recibir el dinero perdido.
Lo sucedido en Chipre se trata de una decisión sin precedentes en la zona euro que puede tener consecuencias peligrosas en otros estados miembros donde persisten las dudas sobre la situación del sector financiero. Tanto Asmussen como Dijsselbloem señalaron anoche que “los depositantes de otros países no tienen que estar preocupados”, aunque es difícil predecir cuál va a ser la reacción de los mercados y de los ahorradores.
El ministro de Finanzas chipriota, Michael Sarris, ha asegurado que se compensará a los depositantes con la entrega de acciones de la entidad por el mismo valor de la quita que reciben, pero puede ser un caramelo poco atractivo para los clientes.
Fuentes parciales: ABC, El Mundo, El País
Como apunte personal, me gustaría informaros de que la semana pasada el ministro de finanzas chipriota afirmaba ante los periodistas que una quita a los depositantes es “una idea estúpida”. Como cambian las cosas en una semana ¿no? o en 10 horas de reunión..
Lean, lean..
http://www.nzweek.com/business/cyprus-finance-minister-says-deposit-haircut-stupid-idea-52081/
Buenas tardes Ricardo si fuera posible que hicieras un articulo sobre el devenir de las bolsas tras el rescate de Chipre, sería de agradecer. Un saludo.
Buenas tardes Mistiko.
Ya sabéis que yo no me preocupo de los movimientos a corto plazo de las bolsas, ya que opero en el medio plazo y no veo problemas a medio plazo.
No obstante, las primeras repercusiones (si es que las hay) las veremos mañana a la apertura de los mercados de Egipto y Tel-Aviv, ya que ambos cotizan los domingos. Informaré de ello vía Twitter. @RicardoesBolsa
Un saludo!