Esta mañana, mientras almorzaba en Valencia con un viejo amigo de batallas, hemos estado debatiendo del que sin lugar a dudas es el tema de las últimas semanas: el oro y ha salido a la palestra un gráfico que me gustaría compartir con vosotros.
Creo que a estas alturas, no descubrimos ningún secreto si decimos que el oro se ha convertido en la inversión de largo plazo estrella del ciclo. Ahora bien, los ciclos nacen, se desarrollan y mueren, y es vital detectar esa muerte para ir rotando nuestras inversiones de un punto a otro.
El gráfico que veremos a continuación, es el resultado de dividir el Dow Jones de industriales entre el oro, es decir, una ratio que nos muestra cuántas onzas de oro son necesarias para valorar el Dow.
Tal y como se muestra, actualmente se necesitan 10,35 oz de oro para “‘comprar el Dow’ , muy lejos de las 44,8 onzas que hicieron falta en 1999.
Esta forma de valorar el Dow, puede resultar muy interesante desde el punto de vista técnico para saber si resulta más rentable estar invertidos en oro o en bolsas de valores. Si la línea es ascendente, significa que las bolsas rinden a mayor ritmo que el oro, mientras que si la línea es descendente, significa que el oro resulta un producto que rinde mejor que las bolsas. Obviamente, como inversores, siempre nos interesará invertir en el producto que mayor retorno nos produzca ¿verdad?
Pues veamos el resultado:
Desde principios de los 80 hasta el estallido de la crisis “puntocom” el dinero fluía con más alegría hacia las bolsas de valores. Se pasó de prácticamente la paridad Dow/oro a ser necesarias 44,8 onzas de oro para “comprar el Dow”. No obstante, la pérdida de la tendencial alcista trazada sobre el gráfico marcaba un cambio “de modas”. Desde el año 2000-2001 el dinero fluía con más alegría hacia el oro, lo que hizo que fueran cada vez necesarias menos onzas de oro para “comprar el Dow”.
El punto actual resulta realmente interesante, ya que podría resultar otro punto de inflexión para el largo plazo, y esta es una de las razones por las que no debemos de perder de vista estos gráficos de largo plazo, ya que resultan extremadamente útiles para detectar ciclos entre diferentes productos.