Teniendo en cuenta el cierre de la semana pasada, el S & P 500 ha subido más de 11% en lo que llevamos de año. Si estas ganancias crecen o al menos se mantienen intactas hasta fin de año, sería tan sólo el cuarto precedente en 84 años que el S & P 500 ha producido tres o más años consecutivos de ganancias de dos dígitos.
Al lado de estas líneas, podéis ver la tabla creada por los compañeros de stocktradersalmanac.com en la que se muestra el rendimiento año tras año del S&P 500, se ha sombreado con color amarillo las ocasiones en las que el S & P 500 ha producido tres o más años consecutivos de subidas de dos dígitos.
En 84 años, el S & P 500 ha subido en 56 ocasiones o lo que es lo mismo, el 66,7% de los años han resultado alcistas. De esos 56 años de avances en el S&P 500, 43 ocasiones se registraron beneficios de dos dígitos, o lo que es lo mismo el 76,8% de los años positivos se saldan con subidas superiores al 10%. Esto refleja que las ganancias anuales de dos dígitos son realmente bastante comunes. Sin embargo, rachas consecutivas de ganancias de dos dígitos durante tres o más años, no son muy frecuentes.
No obstante, siempre que ha habido tres años consecutivos con revalorizaciones superiores al 10% en el S&P 500, el cuarto año también se ha saldado con avances de dos dígitos. Teniendo en cuenta únicamente estos datos, la historia sugiere que para 2015 el S&P 500 también alcance revalorizaciones de doble dígitos.
La política monetaria sigue siendo muy acomodaticia con medidas de estímulo en Europa, Japón y ahora el banco central de China que se ha sumado a las medidas de estímulo. En caso de que este estímulo resultar eficaz, el mercado mundial podría experimentar un comportamiento similar a los precedentes estudiados de más de 3 años de ganancias de más del 10% (1945, 1952 y 1998).
El gráfico que podéis ver al lado de estas líneas, muestra el rendimiento promedio de los años siguientes a más de tres años de subidas de dos dígitos (línea negra). Con una línea roja se aprecia el rendimiento medio del S&P 500 en los años pre-electorales.
Ambos patrones estacionales sugieren que probablemente 2015 sea otro año positivo para la renta variable.