Una consecuencia de la crisis financiera ha sido el fracaso económico, personal o empresarial de quienes fueron incapaces de continuar desarrollando sus actividades económicas, y quedaron con los bolsillos vacíos y llenos de deudas.
Estas historias deben ser resueltas, no sólo porque quienes las han sufrido merecen un respiro, sino porque representan un bloqueo constante a la economía, que para recuperarse por completo requiere de la actividad de los trabajadores y emprendedores.
En este contexto, fue creada la Ley 25/2015, conocida como Ley de Segunda Oportunidad, cuyo objetivo fundamental es ofrecer, a quienes se han enfrentado a un fracaso económico, la posibilidad de reiniciar su vida y emprender nuevas iniciativas.
Los expertos de Sage One, herramienta especializada en la facturación online para autónomos, explica en este artículo de forma muy sencilla en qué consiste y quién puede acogerse a la Ley de Mecanismo de Segunda Oportunidad.
¿En qué consiste la ley?
El mecanismo de segunda oportunidad es una disposición transversal, es decir, que se trata de una ley que modifica otras leyes, 24 en total. Estas modificaciones ofrecen vías de solución a los problemas de endeudamiento de autónomos, empresas, consumidores en general y familias.
La Ley de Mecanismo de Segunda Oportunidad contiene dos títulos que abarcan la problemática del endeudamiento y la reactivación de las actividades económicas desde ángulos distintos.
1. Medidas urgentes para la reducción de la carga financiera
Se dirige a los deudores de buena fe que se encuentran en una situación de insolvencia originada por factores que están fuera de su control. El objetivo es crear un ordenamiento jurídico que les ofrezca salidas razonables a las deudas que no pueden cumplir. Ofrece medidas como:
– Flexibilizar acuerdos extrajudiciales de pago.
– Ampliar por un plazo adicional de dos años la suspensión de los desahucios de los colectivos vulnerables.
– Incentivar el alquiler social.
– Instaura un sistema de exoneración de deudas para las personas
neutrales, siempre que sean deudores de buena fe, se liquide previamente su patrimonio y el pasivo no supere los 5 millones de euros.
Es necesario probar que se es un deudor de buena fe, para lo que deben cumplirse los siguientes requisitos:
– No haber sido declarado culpable en el concurso de acreedores.
– No haber sido condenado por delitos contra la Hacienda Pública, Seguridad Social ni el derecho y libertad de los trabajadores.
– Haber conseguido o intentado conseguir un acuerdo extrajudicial de pago con los acreedores y aceptar someterse al plan de pagos propuestos.
– No haber rechazado en los cuatro años anteriores una oferta de empleo adecuada a su capacidad.
– Aceptar inscribir el beneficio en un Registro Público Concursal.
¿Cómo acogerse a la Ley de Mecanismo de Segunda Oportunidad?
Es necesario presentar una solicitud de beneficio y, según el caso, una propuesta de plan de pagos, con una duración de 5 años a la que el deudor deberá someterse.
Los documentos deben presentarse ante el juez que haya conocido el concurso de acreedores en el que el deudor no ha sido declarado culpable. Para ello se recomienda la participación de un abogado.
2. Otras medidas de orden social
Este título se centra en el tema laboral. Pretende consolidar la evolución positiva de la contratación indefinida y potenciar su impacto entre los colectivos con mayores dificultades de inserción laboral.
Las medidas de orden social se presentan en forma de distintas ayudas, como:
– Incentivos a empresas que hagan contrato indefinido a trabajadores temporales.
– Ayudas a autónomos a cargo de un familiar con discapacidad.
Cada medida tiene destinatarios y requisitos distintos, por lo que si no se está en situación de endeudamientos es recomendable investigar las posibilidades que la Ley de Mecanismo de Segunda Oportunidad abre al sector al que se pertenece.