Revisando los cierres de los índices norteamericanos tras la jornada de ayer jueves se refleja un dato bastante significativo y que pone de manifiesto un dato importante en el que hemos insistido mucho en las últimas semanas. Vayamos por pasos.
Al lado de estas líneas podéis ver una captura en la que se aprecia el rendimiento experimentado en la jornada de ayer por los principales índices norteamericanos. Una jornada bastante plana en general, pero hay un índice cuyo mal comportamiento llama la atención: el Russell 2000. Mientras los grandes índices que reflejan el comportamiento de los valores más grandes lograron cerrar en positivo la jornada, el Russell 2000 que mide el comportamiento de los valores más pequeños, se dejaba casi sin hacer ruido cerca de un 1%.
Este detalle que para muchos pasa desapercibido, tiene su importancia, ya que refleja algo en lo que hemos insistido mucho en las últimas semanas. Los valores grandes se están comportando mucho mejor que los pequeños valores (englobados en el Russell 2000).
Para ver ese mejor comportamiento de los valores de gran capitalización, el gráfico que podréis ver a continuación es el resultado de dividir durante los últimos 5 años el rendimiento de los grandes valores entre los valores pequeños. Para los grandes valores se utiliza como referencia el índice S&P 100 que contiene valores con capitalización superior a los 10.000 millones de dólares y para valores pequeños se utiliza en Russelll 2000 que contiene a valores con capitalización inferior a los 2.000 millones de dólares.
Si la línea sube, significa que los grandes valores lo hacen mejor que los pequeños. Por el contrario, si la línea cae significa que los grandes valores rinden menos que los pequeños.
Con el inicio del nuevo mercado alcista en 2009, poco a poco los inversores recobraron la confianza y apostaron más por valores “de segunda fila”, cuyo rendimiento superó al de los valores grandes, algo que se refleja en la línea descendente de la relación entre los años 2009 y 2011.
Con la incertidumbre del año 2011 (el mercado llegó a caer casi un 20%) debido a las tensiones en la Eurozona, el dinero apostó en mayor medida por los grandes valores hasta finales de 2012. Una vez pasado el miedo a un colapso en la zona euro, los mercados se recuperaron y el dinero volvió a apostar más fuerte por los valores de segunda fila.
El sesgo descendente en la relación se impuso durante gran parte de 2013, lo que indicaba que durante el año pasado los valores de pequeña capitalización rindieron mejor que los de gran capitalización. Ahora bien, desde el segundo trimestre de 2014 esa relación ha cambiado, y este año, están siendo los grandes valores los que claramente lo están haciendo mejor que los pequeños. La conclusión “fácil” sería pensar que los inversores tienen miedo, pero no tiene por qué ser siempre así. Los grandes valores suelen ser los que reparten dividendos más elevados, y el bajo rendimiento de los bonos en la actualidad, podría causar ese flujo hacia valores grandes a la caza del dividendo (de esto ya hablamos en abril).
Este mejor comportamiento de los valores grandes, es la razón por la que en nuestra cartera durante los últimos meses estamos prefiriendo mantener e incrementar posiciones en valores grandes, ya que los valores pequeños se han metido en una espiral de debilidad que supone un lastre si nos vemos muy expuestos a ellos.
Para terminar, un comentario más. Como sabéis, el mercado se compone en su mayoría por valores pequeños y la debilidad de estos valores genera datos curiosos como el de ayer. La tabla que podéis ver al lado de estas líneas muestra que ayer jueves el S&P 500 cerró la jornada con pequeñas alzas, no obstante, la gran mayoría de valores (casi el 62%) cotizados en todas las bolsas de EEUU terminaron con descensos. Apenas el 35% de los valores norteamericanos lograron cerrar la jornada en positivo.
La explicación a este suceso es simple. Aunque la mayoría de valores terminaron con descensos, el S&P 500 es un índice ponderado, y por lo tanto está dirigido por una gran minoría de grandes valores. Como los grandes valores lo hacen mejor que los pequeños ahora mismo, los índices son capaces de subir a pesar de que la mayoría de valores experimente jornadas negativas.
Este sería un dato peligroso para el mercado alcista si no fuese porque ahora mismo, la rentabilidad de los bonos se mantiene en niveles mínimos, lo que hace muy poco probable ese trasvase a gran escala que genere un nuevo mercado bajista de gran calado en las bolsas de valores. Obviamente en este contexto podemos tener descansos dentro de este ciclo alcista, pero digan lo que digan los agoreros de siempre, no se cumplen todos los ingredientes para un nuevo mercado bajista de gran calado.
En resumen: Mientras se mantenga la debilidad en los valores pequeños, será mejor apostar por valores grandes.