En líneas generales los emergentes no están atravesando su mejor momento y es por ello que hoy me gustaría revisar la situación general de los mercados emergentes con vosotros, ya que, aunque la atención de la mayoría de inversores se centra en Europa y como mucho en EEUU, nuestra perspectiva es más global, y este tipo de aspectos deben de ser tenidos en cuenta.
Los mercados que más estás sufriendo en los últimos meses son los emergentes, esto se observa claramente en el rendimiento de la renta variable internacional durante este 2018.
Las bolsas americanas siguen siendo las líderes indiscutibles del ejercicio, muy por delante de las bolsas europeas que atesoran pérdidas promedio del 5,56%. Por último, los grandes perdedores del ejercicio en lo que respecta a renta variable son los emergentes con pérdidas promedio superiores al 12%.
Para ver al detalle la debilidad de este grupo de países, a continuación, veremos el gráfico ETF iShares MSCI Emerging Markets, que se compone de una cesta de países emergentes. Podéis ver su composición exacta pulsando aquí.
Los mercados emergentes, tras un buen comportamiento durante 2017, han estado comportándose peor que la media del mercado desde el pasado mes mayo (ver indicador de fortaleza relativa RScMansfield en negativo). El gráfico representa claramente que los mercados emergentes en conjunto y salvo algún repunte puntual de algún mercado aislado, están experimentando un mal comportamiento en los últimos meses.
Esta debilidad no solo afecta a los mercados emergentes, sino que también pasa factura a sus divisas. No debemos olvidar que, por lo general, la evolución de los países va muy ligada a la fortaleza o la debilidad de su divisa de forma directa. Aunque existen algunas excepciones como Japón, lo normal es que, si la divisa de un país es fuerte, su mercado se comporte bien y viceversa, si la divisa es débil, su mercado tiende a debilitarse.
El siguiente gráfico nos muestra una correlación positiva entre los mercados emergentes (representados por el ETF EEM:US con una línea roja) y un ETF de divisas de países emergentes, concretamente el Emerging Currency Fund WisdomTree (área verde).
Tal y como podéis ver, los mercados emergentes mantienen una relación directa con el comportamiento de sus divisas.
El gráfico deja clara la relación entre ambos productos. Ahora mismo la pendiente descendiente de la curva de precios demuestra ese mal comportamiento que están llevando a cabo tanto las divisas emergentes como los mercados de valores de países emergentes.
Algunas de las monedas más afectadas en los principales mercados emergentes son las de Rusia (se deprecia un 17,49% en 2018), Brasil (-19% en 2018), Corea del Sur (-5,36% en 2018) y China (-5,14% en 2018) que por cierto son algunos de los mercados de valores más débiles en nuestro ranking. Esto no es casualidad. La caída de las monedas reduce el atractivo de las acciones de mercados emergentes para los inversores extranjeros, y eso termina pasando factura a sus bolsas de valores.
En resumen, los mercados emergentes muestran un aspecto nada favorable para los intereses de sus inversores y mientras esta situación persista, lo mejor será mantenerse alejados de ellos. Si la renta variable global tose, estos mercados débiles tienen todas las papeletas para sufrir más. Recordemos que los mercados más débiles cuando vienen mal dadas pierden más y cuando la situación acompaña, ganan menos. Mal negocio.
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