Dos grandes factores están lastrando al oro. El primero es el repunte del dólar de EE.UU., el segundo, el aumento en la rentabilidad de los bonos en los últimos meses.
La correlación negativa entre el oro y otras materias primas con respecto al dólar (pulsa aquí para aprender en detalle) es una de las relaciones entre mercados más fáciles de seguir. No obstante, el oro ahora mismo no sólo tiene como “enemigo al dólar” sino que también se ve afectado por el aumento de los rendimientos de los bonos. La razón de esto se debe a que el oro es un activo que no reparte dividendos, de forma que los lingotes de oro se vuelven más atractivos cuando los rendimientos de los bonos caen, y sobre todo cuando están en mínimos históricos como ha sido el caso de los últimos años. El oro se ha beneficiado en los últimos años de la flexibilización cuantitativa, ya que estas políticas de estímulo debilitaron al dólar.
El aumento del dólar y de los rendimientos de los bonos, son dos factores que están pasándole factura al oro. Recordaréis que el pasado mes de abril, cuando el oro todavía cotizaba por encima de los 1500$ os advertía de que tocaba alejarse de las “modas” y empezar a recoger velas en un activo que pasaba a ser bajista (pulsa aquí para leer el análisis completo).
Pues bien, el aspecto del oro sigue manteniéndose bajista, por lo que por el momento, mi opinión acerca de este activo “de moda” sigue siendo la misma: cuanto más lejos mejor.