Una vez han pasado los comicios en EEUU es un buen momento para revisar cómo suele comportarse el mercado una vez los estadounidenses ya han hecho saber qué presidente prefieren de cara a un nuevo mandato.
Esta mañana probablemente muchos de vosotros habréis desayunado viendo en la prensa digital que la victoria de Donald Trump ha desencadenado una ola de ventas en los mercados financieros. Realmente, si revisamos la historia, dichos retrocesos en una jornada post electoral son absolutamente normales y se han producido en la inmensa mayoría de jornadas post electorales de los últimos 90 años, indistintamente de cuál fuera el presidente elegido y su partido político.
La siguiente tabla refleja el comportamiento del mercado en todas las jornadas siguientes a las elecciones desde 1932 así como el rendimiento del S&P 500 desde dicha jornada post electoral hasta el cierre del mes de noviembre y diciembre.
Probablemente el dato más significativo es el mal comportamiento que suele tener el mercado en la jornada post electoral. Es cierto que da mucho juego a la prensa ver caídas en los mercados financieros tras un evento de este tipo ya que es más fácil venderlo como un evento “clave” o único (ya he explicado en alguna ocasión que los descensos atraen más atención mediática que las subidas), pero lo cierto es que desde un punto de vista histórico, las caídas el día siguiente a las elecciones se producen en un 71,4% de las ocasiones (15 de las últimas 21 jornadas post electorales fueron negativas).
El claro sesgo bajista de las jornadas post electorales nos dice que lo habitual es ver este tipo de retrocesos y que lo sorprendente sería realmente que la jornada post electoral terminase con alzas.
Mirando más allá de la jornada post electoral, lo cierto es que las cifras ya no aportan datos mucho más significativos. Desde la jornada post electoral hasta finales de noviembre el mercado no muestra un rendimiento claro ni al alza ni a la baja, mientras que desde la jornada post electoral hasta fin de año sí que se hace visible un escenario que tiende más a inclinarse al alza que hacia los descensos.
Si queremos hilar muy fino, dicho sesgo alcista hasta fin de año es más claro si tomamos como referencia datos de la era moderna (desde 1950 hasta la actualidad los ciclos económicos no son los mismos) y dejásemos de lado los resultados de los años 2000 y 2008 que tuvieron lugar al inicio o durante grandes mercados bajistas (escenario diferente al actual). Teniendo en cuenta solo el comportamiento tras las elecciones de la era moderna y que no tuvieron lugar en ciclos bajistas, el rendimiento promedio desde la jornada post electoral y hasta fin de año es del 2,88%.
Sea como sea, tal y como suelo insistir siempre, los patrones estacionales están ahí para ofrecer una visión orientadora (que no operativa) de los mercados. Estos datos están bien para conocer cómo ha reaccionado el mercado ante situaciones similares, pero a la hora de operar lo importante siempre serán los aspectos técnicos que muestren tanto los mercados, como los sectores y los valores.
Cómo detectar oportunidades de inversión destacadas en las bolsas de valores y cómo sacarle partido a las mismas lo aprenderemos en el curso presencial que impartiré el próximo 26 de noviembre en Barcelona.
Los análisis aquí expuestos son opiniones estrictamente personales, no recomendaciones.