Tal y como vimos a finales de julio, en líneas generales la renta variable europea sigue más débil que la renta variable americana, por lo que actualmente gran parte de los mercados europeos de renta variable son destinos poco atractivos para las inversiones (con algunas pocas excepciones como Noruega o Austria.
Como siempre, la mejor forma de ver reflejado sobre el gráfico el pobre aspecto técnico de la renta variable europea es acudir al promedio EuroStoxx 50.
El promedio europeo se sumió en la debilidad a finales de julio y desde entonces muchos índices europeos no han sido capaces de evitarla (como por ejemplo la propia renta variable española). Esto significa que cuando la renta variable global sube, las bolsas europeas suelen estar entre las que menos suben o incluso acumulando caídas. En cambio, cuando la renta variable global cae, las bolsas europeas suelen estar entre las que más caen. Mal negocio.
Mientras que la fortaleza relativa no recupere su tono positivo en el viejo continente las opciones de inversión realmente favorables dentro de Europa serán pocas, por lo que hasta que esta situación de debilidad en la renta variable europea no mejore, seguiremos dirigiendo principalmente nuestro punto de mira a mercados más fuertes como los norteamericanos o asiáticos como Hong Kong y Japón.
Si queremos sacar el máximo partido de los mercados, bajo ningún concepto debemos invertir en mercados débiles. Si tenemos dinero disponible para invertir ¿para qué vamos a invertirlo en un mercado débil que lo hace peor que la media cuando podemos hacerlo en uno fuerte que rinde más que la media? Esto es lo que financieramente se conoce como coste de oportunidad.
Gráficos: esBolsa.com
Recuerda que toda mi metodología de inversión viene explicada en detalle en mi libro “El código de Wall Street”. Con la compra del libro dispondrás de tres meses de acceso gratuito completo a todas las herramientas de esBolsa.