Desde estas líneas hace mucho tiempo que he insistido en la debilidad del sector bancario europeo. Un sector que en los últimos 4 años ha generado pérdidas promedio del 40% a sus inversores (en algunos casos mucho más), dada su debilidad y tendencia bajista.

Por muy “barata” que nos digan que está la banca, mientras este mal aspecto técnico del sector financiero europeo se mantenga, las probabilidades de experimentar disgustos serán superiores a las de ver alegrías, por ello es un sector que venimos evitando desde hace años y que seguiremos evitando mientras su aspecto técnico no mejore notablemente.

La inversión de la curva de tipos estadounidense ha hecho que muchos inversores me preguntéis como está el sector bancario al otro lado del Atlántico. Es una pregunta interesante porque si hay un sector especialmente sensible a una inversión de la curva de tipos es el bancario.

A grandes rasgos, el negocio tradicional de la banca reside en el diferencial de lo que paga a los ahorradores por depositar su dinero en sus entidades y lo que cobra a los prestatarios por prestarles ese dinero. Por ello suele decirse que la banca siempre es insolvente por el simple hecho de que tiene préstamos a largo plazo y se financia a corto plazo. Es decir, la banca se financia con el dinero que los ahorradores depositamos en ella (generalmente invertidos en plazos cortos) y presta ese dinero a largo plazo a las personas, empresas o gobiernos que se lo solicitan.

Esta circunstancia hace que cuando se invierte la curva de tipos se genere un problema enorme para la banca, porque con los tipos a corto plazo por encima de los de largo plazo, su margen de intermediación (la diferencia entre lo que paga por financiarse y cobra por financiar) es negativo. Esto, como es lógico, conlleva restricciones de crédito por parte de las entidades financieras y más tarde en recesiones económicas como vimos hace unos días.

Descrito este problema estructural que ahora mismo tiene la banca americana y que considero clave, es momento de revisar el aspecto técnico del sector bancario norteamericano, ya que este está descontando desde hace semanas nubarrones en el horizonte.

Lo primero y más importante que nos deja la cotización del sector bancario americano es que es débil y bajista. Es decir, es un sector que, ahora mismo, cuando el mercado global sube, sube menos o incluso cae y que, cuando el mercado global cae, la banca americana cae más. Mal negocio.

Además de esto, la banca americana ha fracasado en su intento por superar la resistencia que tiene en los 450 puntos. Una zona que en el pasado fue un claro soporte, pero que tras perderse en octubre de 2018, ha pasado a ser una resistencia que el precio se ha visto incapaz de superar en los últimos meses.

Desde un punto de vista económico (con la inversión de la curva de tipos) y técnico (debilidad y tendencia bajista), el sector bancario americano ahora mismo es un sector que tiene muchas más papeletas de dar disgustos que alegrías a sus accionistas, por lo que es un sector claramente a evitar.

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