Esta semana estamos viendo al sector bancario estadounidense estableciendo nuevos mínimos de 52 semanas, lo que es un síntoma inequívoco de que la cotización de los bancos estadounidenses no está funcionando todo lo bien que a sus inversores les gustaría.
En el siguiente gráfico podemos ver el mal aspecto que muestra el sector que se sitúa en los mismos niveles a los que cotizaba en el verano del año 2013.
La “excusa” que se traslada a los medios para “explicar” los descensos es que los grandes bancos están anunciando despidos, no obstante lo que a nosotros nos interesa es la evolución de su cotización que al final es “la prueba del algodón” que nos hará ganar o perder dinero.
La media móvil de 30 semanas del sector bancario americano opera claramente con descensos (de ahí su color rojo) y la debilidad ha empezado a imponerse en el sector, que está siendo uno de los sectores que más está sufriendo en los últimos descensos registrados por la renta variable. Está claro que los flujos monetarios están saliendo de las acciones de los bancos (y otros sectores financieros). Eso probablemente se intensificará si los rendimientos de los bonos siguen bajando.
El siguiente gráfico muestra el impacto que el rendimiento del bono americano a 10 años (línea verde) tiene sobre el comportamiento relativo de las acciones bancarias en los últimos cinco años.
La línea negra es la “relación” del sector bancario dividido por el del S & P 500. Si la línea negra sube significa que la banca tiende a hacerlo mejor que el promedio del mercado, mientras que si la línea negra cae, significa que la banca tiene un rendimiento inferior al del mercado. La línea verde representa el rendimiento de los bonos estadounidense a 10 años.
Observad que las dos líneas tienden a subir y bajar juntas. La caída de los rendimientos de los bonos durante 2011 pasó factura al sector bancario. Los bancos comenzaron a hacerlo mejor después de que los rendimientos de los bonos repuntasen durante el año 2012 (aumento en la relación). Esto duró hasta 2014 cuando una nueva bajada en el rendimiento de los bonos afectó a las cotizaciones bancarias.
Después de la debilidad de 2014, el comportamiento de los bancos mejoró en la primera mitad de 2015 junto con los rendimientos de los bonos. No obstante la reducción en los rendimientos de los bonos que estamos viendo desde el verano de 2015 está de nuevo lastrando el comportamiento del sector bancario.
Esto sucede porque a los bancos históricamente les va mejor cuando los rendimientos de los bonos tienen una pendiente ascendente. La subida de los rendimientos hace que los bancos puedan cobrar más por sus préstamos, dando un mayor margen de beneficio. La caída de los rendimientos de los bonos tiene el efecto contrario y reduce sus márgenes de beneficio. De ahí esta correlación tan estrecha entre los rendimientos de los bonos y el sector bancario.
En resumen, el sector bancario americano ahora mismo no es un buen compañero de inversiones y así se mantendrá mientras su aspecto técnico siga siendo débil y bajista. No importa las veces que escuchemos en los medios que la banca norteamericana está “infravalorada”. Lo que manda siempre es la evolución de la cotización y lo cierto es que la banca estadounidense ahora mismo está haciendo perder dinero a sus inversores y por lo tanto no es un sector que beneficie nuestros intereses.
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