Durante el mes de noviembre ya alertábamos por aquí que el escenario técnico en Europa apuntaba hacia fuertes retrocesos. Con una caída de más de 7 puntos porcentuales en diciembre, sin ningún genero de dudas el sesgo bajista del viejo continente ha cogido velocidad en este último mes del ejercicio.
Desde hace semanas diferentes compañeros gestores de fondos me trasladan su convencimiento de que las ventas que estamos viendo en los mercados de valores son principalmente “técnicas”, pero que no deberíamos preocuparnos excesivamente por ellas ya que los “fundamentos” siguen siendo fuertes. Ante su insistencia yo les pregunto qué es exactamente una venta técnica, ya que nunca he visto una orden de venta con la palabra “técnica” en ella. Reconozco que ninguno me ha respondido nada convincente.
En mi opinión a la hora de hablar de las bolsas hay que conocer bien su historia y comprender los movimientos del mercado dentro de un ciclo, y esto demuestra que los aspectos técnicos muestran la realidad del mercado mucho antes de que los fundamentales sean capaces de reflejarla. Los precios de las acciones son un mecanismo de descuento y no engañan a nadie (como sí se puede hacer con los fundamentales con diferentes “trampas” contables).
Digo esto, porque el aspecto técnico de las bolsas europeas sigue siendo muy negativo. A los lectores de este portal, es una situación que no les pillará por sorpresa, ya que desde hace meses venimos hablando de la debilidad técnica que muestran en líneas generales las bolsas europeas, por lo que los mercados europeos de renta variable son destinos nada atractivos para las inversiones.
Como siempre, la mejor forma de ver reflejado sobre el gráfico el pobre aspecto técnico de la renta variable europea es acudir al promedio EuroStoxx 50.
El promedio europeo se mantiene con un claro sesgo bajista desde hace meses. Este sesgo bajista está llevando a varios índices europeos a establecer nuevos mínimos anuales durante esta semana, síntoma inequívoco de que el mercado de valores del viejo continente está causando muchos más disgustos que alegrías a sus accionistas.
Es una situación que hay que manejar con mucha cautela, ya que ante las crecientes probabilidades de que estemos en la fase inicial de un ciclo bajista global, mercados débiles como los europeos tienen muchas papeletas para acusar un mayor sufrimiento. Mi postura al respecto ya la conocéis: Mientras los mercados europeos sigan débiles y bajistas nuestras inversiones deberán mantenerse alejadas de ellos.
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