Hace ya muchos meses que venimos viendo como gran parte de las bolsas europeas muestran una evidente debilidad técnica. Esta debilidad y mal aspecto técnico obviamente también se reflejan en el estado de algunos sectores “clave” dentro de la economía y en el caso del viejo continente me sigue llamando mucho la atención del sector bancario por diferentes factores que veremos en este artículo.
En primer lugar, vemos en la siguiente imagen extraída del ranking de sectores europeos de esBolsa.com cómo actualmente la banca es uno de los sectores más débiles del viejo continente.
Y si revisamos el aspecto técnico del gráfico observamos cómo esta semana el sesgo bajista del sector ha dado un paso más, al confirmarse a cierre semanal una clarísima pérdida de soportes.
Si revisamos el histórico de los últimos años en la banca europea, vemos que en septiembre de 2017 la fuerza relativa del sector se situó en negativo. Esto nos indicaba que, desde ese momento, el comportamiento relativo de la banca era (y es) muy pobre con respecto al mercado. Cuando la renta variable global sube, la banca europea sube menos o incluso cae, y cuando la renta variable global cae, la banca europea cae más. Mal negocio.
A esta debilidad hay que sumar que el sector bancario europeo opera con una pendiente bajista de su tendencia, lo que nos indica que algo no va bien dentro del sector bancario europeo. Estamos ante uno de los sectores más débiles de Europa, es decir, estamos ante un sector que lo hace mucho peor que la media del mercado y que, por lo tanto, no favorece en absoluto los intereses de sus inversores, más bien todo lo contrario: los perjudica.
Tras una pequeña pausa en los retrocesos en la segunda mitad de 2019, esta semana hemos visto de nuevo al sector bancario perder soportes importantes, lo que abre la continuidad al proceso bajista de los últimos años.
Desde hace meses -e incluso años- os habréis cansado de escuchar en los medios de comunicación a mil y un analista afirmando que la banca europea está “barata”. El resultado de lo “barato” unos meses, e incluso años, después supone pérdidas para los inversores que cometieron el (por desgracia) habitual error de comprar activos que tienden a depreciarse. En los mercados no existe el concepto de “barato” o “caro” existen los activos que hacen perder dinero, y los que hacen ganarlo. Si estás con los perdedores, perderás dinero, si estás con los ganadores, estarás más cerca de ganarlo. Así de simple.
No olvidemos que el gráfico descuenta todo lo que necesitamos saber. Si un mercado, sector o valor está en tendencia bajista significa que éste NO sigue un rumbo favorable para los intereses de sus inversores, da igual que en los medios digan que está barato o que es una ganga. Si la tendencia es bajista, ese activo, lo más probable, es que haga perder dinero a sus inversores.
En el otro lado están los activos ganadores, aquellos que además de subir, lo hacen a un ritmo superior que la media. Allí es donde está el dinero, estos activos son los que muestran un mayor flujo de dinero entrante (por ello suben) y es allí donde hay que estar.
En resumen, la banca sigue siendo un activo tóxico para las carteras. Mientras persista su sesgo bajista y su debilidad, la banca europea cuanto más lejos, mejor.
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