Una de las relaciones más seguidas en Estados Unidos (aunque no es de mis preferidas) es la existente entre los precios de la madera y el precio de las acciones de las constructoras de casas (englobadas en el ETF SPDR S&P Homebuilders). Esta relación se basa en que si el negocio de las constructoras de casas funciona bien estas empresas solicitarán más madera para seguir construyendo, mientras que si el sector no funciona, baja la demanda de madera y por lo tanto cae el precio de la materia prima.
Ayer se publicaba un gráfico en el que se mostraba como la relación existente entre el precio de las casas nuevas con respecto al poder adquisitivo de los ciudadanos norteamericanos alcanzaba máximos históricos. Es decir, nunca antes los norteamericanos necesitaban dedicar tantos recursos de su patrimonio personal a la compra de una casa, ¡ni siquiera antes del estallido de la crisis de las hipotecas subprime!.
A priori, se debería de pensar que si esto sucede es porque el sector inmobiliario americano se está recuperando, la gente se anima a comprar casas y por lo tanto la demanda existente debería aupar el precio de la madera. No obstante, lo que estamos viendo es una caída brusca en el precio de este producto básico que históricamente ha ido ligado al sector constructor.
En el siguiente gráfico, el área sombreada corresponde a la madera, y la línea verde al sector constructor de vivienda residencial.
Se puede apreciar como existe cierta correlación entre la madera y el sector constructor. De hecho, las grandes caídas de la madera a mediados de 2010 y principios de 2011 fueron preludio de caídas en el sector. Ahora mismo, con la reciente caída del precio de la madera ya son muchos los que se preguntan si se volverá a repetir esta situación, puesto que en medio de noticias positivas para el sector, la bajada del precio de la madera podría ser una alerta de un bajón en la demanda.
Más allá de estas divergencias, y centrándonos en el aspecto puramente técnico, día de hoy yo sigo viendo al grupo de construcción residencial americano fuerte y alcista, por lo que es un grupo que mantendría en cartera. Ahora bien, no lo perdería de vista, y si en las próximas semanas mostrase síntomas de flaqueza cambiando de tendencia sería momento de recoger velas.
El problema de este tipo de divergencias entre productos es que pueden mantenerse bastante tiempo hasta que se confirman (si es que lo hacen), y por lo tanto, debemos de ser prudentes a la hora de tomar decisiones. No debemos precipitarnos, primero esperar confirmaciones técnicas para acorde a ellas actuar.