En la jornada de hoy, he querido sacar un momento para compartir con vosotros una reflexión que me viene a la cabeza a raíz de los muchos estudios que están saliendo acerca del Nasdaq.
En muchos medios se habla que el Nasdaq 100 está a apenas un 5% de los máximos alcanzados antes de que estallase la burbuja de las “punto-com” allá por el año 2000. Al lado de estas líneas podéis ver el gráfico del Nasdaq 100 alcanzando estos máximos.
Desde un punto de vista operativo, esto no tiene mayor importancia, ahora bien, sí que hay un detalle que considero pedagógico y que aunque sea de forma breve quería compartir.
En los 15 años transcurridos desde el 2000, las compañías que componen el índice tecnológico han ido distribuyendo a sus accionistas importes en efectivo en forma de dividendos. Estos dividendos, tal y como he explicado en alguna ocasión son descontados del precio del activo que los reparte (en este caso el índice), por lo tanto, si quisiéramos saber el comportamiento real en términos monetarios del índice deberíamos recurrir a un gráfico que incorpore los dividendos repartidos desde la fecha.
El gráfico que podéis ver al lado de estas líneas (gentileza de @LuisBenguerel) es el mismo que hemos visto anteriormente, pero incorporando los dividendos.
Como se puede observar, teniendo en cuenta los dividendos que los accionistas han percibido desde el año 2000, el Nasdaq 100 ya dispone de un valor mayor que el alcanzado en el año 2000. Es decir, el Nasdaq está en máximos históricos.
Tal y como comentaba el pasado lunes en el Closing Bell, aunque son muchos los que están siguiendo esta llegada a máximos del Nasdaq 100, e incluso considerándolo un “factor bajista”, yo no lo considero así. De hecho, por definición las tendencias alcistas se basan en romper resistencias, y sin lugar a dudas, tanto la tendencia global, como la tendencia de los mercados norteamericanos se mantiene con un sesgo alcista de medio e incluso largo plazo.