Los mercados más dependientes de las exportaciones de materias primas están acusando como era de esperar la debilidad en las cotizaciones de los productos básicos. Es por ello que hoy repasaremos el aspecto de dos gigantes exportadores de productos básicos como son Australia y Canadá.
Al lado de estas líneas podéis ver el gráfico del índice de Canadá retroceder desde el pasado verano. No es casualidad que la caída de la bolsa de Canadá empezase justo cuando se inició el declive de los productos básicos.
Desde máximos de verano, el índice canadiense ha retrocedido un 5,56%, en el mismo periodo de tiempo, la renta variable americana (menos dependiente de los precios de los productos básicos) se ha revalorizado un 4,66%. Este peor comportamiento relativo de la bolsa canadiense, le ha llevado a convertirse en un mercado que a día de hoy es débil y bajista.
Tal y como explico en mi libro el código de Wall Street, solo nos interesa invertir en mercados y sectores cuyo aspecto sea alcista y que rindan a mayor ritmo que la media del mercado, algo que no se cumple en la bolsa canadiense desde el pasado verano.
Por su parte la bolsa de Australia fue capaz de repuntar un poco a principios de año gracias a algunas medidas expansivas del país, pero pasadas las semanas, la gran dependencia que tiene la economía australiana sobre la evolución de los precios de los productos básicos se ha vuelto imponer, sumiendo de nuevo al mercado australiano en la debilidad.
Hay que huir de la debilidad, ya que mientras otros mercados más fuertes como Japón, EEUU o incluso algunos emergentes como China están en zonas de máximos, la debilidad de estos mercados dependientes de las commodities podría suponer un disgusto importante para sus inversores cuando otros mercados más fuertes se tomen un respiro.
Recordad que los miembros de esBolsa.com podéis consultar el gráfico de las bolsa de Australia y Canadá junto a otros 83 mercados dentro de la herramienta gráficos de esBolsa.com
Recuerda que toda la metodología de inversión viene explicada en detalle en mi libro “El código de Wall Street”.