El próximo año 2020 los ciudadanos estadounidenses tienen una nueva cita electoral en las que serán las quincuagésimo novenas elecciones presidenciales de EEUU.
Este evento político, aunque a simple vista no lo parezca, tiene su repercusión en los mercados de valores, ya que históricamente a medida que se han ido acercando las elecciones, los presidentes al frente de la Casa Blanca han mostrado una mayor fijación en los mercados de valores y en la economía. Esta circunstancia se refleja en lo que se conoce como “patrón del ciclo presidencial”.
El ciclo presidencial está basado en la humana tendencia presidencial de apretar el acelerador cuando se acercan elecciones, como los estudiantes que no hincan los codos hasta que se aproximan los exámenes.
Esta circunstancia se refleja en el siguiente gráfico que muestra el rendimiento promedio del mercado de valores estadounidense, desde el año 1900, en cada uno de los 4 ejercicios que conforman un mandato. El año 1 de la gráfica se corresponde con el primer año de mandato, mientras que el año 4 se corresponde con el año electoral.
Para la economía y las bolsas, resulta evidente que los mejores años de cada mandato son el tercero y el cuarto, mientras que el primero y segundo son los más mediocres. Cabe resaltar que esto se produce con independencia del color político, y confirma el hecho de que el partido en el poder de EEUU toma las decisiones económicas más “difíciles” en los primeros años del ciclo presidencial, para luego hacer todo lo que está a su alcance para estimular la economía durante los últimos años, con el fin de aumentar las probabilidades de reelección.
Con un presidente de EEUU como Donald Trump, que vive permanentemente atento de la evolución de los mercados de valores desde que iniciase su mandato, este patrón presidencial que refleja la voluntad histórica por parte de los gobernantes para que los mercados “respalden” su candidatura, es un aspecto para no perder de vista.
Es por ello que he preparado la siguiente gráfica, que refleja el comportamiento de los tres principales índices estadounidenses en los años preelectorales (recordemos que el próximo 2020 es año electoral en EEUU, por lo que este 2019 es un año preelectoral).
Hay varios puntos interesantes.
El primero de ellos es que las fuertes alzas suelen ser habituales en los primeros compases de los años pre electorales. Este 2019 no ha sido una excepción con un Dow Jones (línea verde) operando dentro de su rendimiento promedio en años preelectorales. Por su parte el S&P 500 (línea negra) y el Nasdaq 100 (línea roja) operan por encima de sus promedios en años preelectorales.
Otro dato interesante es que en el mes de mayo suele haber un pequeño descanso que precede a un pequeño repunte en junio. Tras este repunte, con la llegada de los meses de vacaciones, el mercado tiende a permanecer lateral con movimientos más pausados.
Tras unos meses de pausa, las alzas suelen reanudarse en la recta final del ejercicio de cara a lo que será un nuevo año electoral para la presidencia de EEUU.
Antes de finalizar, recordar una vez más que los patrones estacionales son útiles para ofrecer una visión orientadora (que no operativa) de los mercados. La estacionalidad nos permite conocer cómo ha reaccionado el mercado ante situaciones similares, pero, a la hora de operar, lo importante siempre serán los aspectos técnicos que muestren tanto los mercados, como los sectores y los valores.
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Buenas tardes, muchas gracias por el artículo, muy interesante. ¿Sería tan amable de proporcionar los datos con los que ha hecho la 2ª gráfica?
Muchas gracias.
Buenos días Carmen.
El estudio está realizado con una herramienta de estacionalidad que estamos desarrollando en esBolsa.com (fase beta) con los datos oficiales de los propios mercados.
Un saludo!