La semana pasada se cumplió el primer aniversario de la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020, lo que le llevó a convertirse en el cuadragésimo sexto presidente de EE.UU.
Es por ello que este es un buen momento para hacer balance y revisar datos históricos para conocer el rendimiento del mercado que lograron sus predecesores en el primer aniversario desde su victoria electoral.
La siguiente imagen refleja todas y cada una de las elecciones a la presidencia estadounidense desde el año 1928 hasta nuestros días, así como el presidente ganador, el partido al que representaba y el rendimiento anual que obtuvo el mercado durante el primer año transcurrido desde las elecciones.
Transcurrido un año desde que Joe Biden fuera elegido presidente el pasado 3 de noviembre de 2020, el S & P 500 se ha revalorizado un 39%, por lo que, Joe Biden, ha logrado situarse como el presidente más rentable para el mercado en su primer año, superando el hasta ahora mejor registro del también demócrata Franklin D. Roosevelt al sumar un 37,83% de rentabilidad tras las elecciones de 1932.
De media, el primer aniversario tras las elecciones, el mercado se ha revalorizado un 6,71%, por lo que claramente este primer ejercicio de Biden supera el promedio histórico.
Una vez estudiado el pasado, es momento de mirar hacia el futuro. Es por ello que me gustaría compartir con vosotros el siguiente estudio que he realizado con la herramienta estacionalidad por fechas de esBolsa, en el que veremos cómo se comporta de media el mercado en el año siguiente al primer aniversario de la victoria electoral. Para ello, he añadido en la herramienta la fecha del primer aniversario de cada mandato y he indicado a la herramienta que me genere el cálculo del rendimiento promedio en las 250 jornadas hábiles posteriores (lo que es aproximadamente un año)
El siguiente gráfico muestra con una línea azul el rendimiento medio histórico del mercado el año siguiente al primer aniversario, así como el rendimiento medio histórico del mercado en ese mismo periodo en los 7 antecedentes en los que el rendimiento del primer año fue extraordinario (por encima del 20%) tal y como ha sucedido en esta ocasión (representado con una línea negra).
Hay varios puntos interesantes:
El primero de ellos muestra cómo el promedio que sigue a los años extraordinarios (línea negra) tiende a mostrar una mayor fortaleza que el promedio histórico de todos los presidentes hasta aproximadamente el verano del año siguiente (lo que son 130 jornadas hábiles).
De hecho, desde el primer aniversario electoral hasta mediados del siguiente mes de julio el mercado ha subido históricamente una media del 2,62%, mientras que el rendimiento promedio hasta esas mismas fechas tras un primer año sobresaliente se sitúa en el 6,96%, lo que significa que la rentabilidad de los presidentes “brillantes” en su primer año casi triplica el promedio histórico hasta el verano de su segundo año de mandato.
Estos datos revelan que los presidentes que disfrutaron de un primer año extraordinariamente rentable en el mercado, fueron capaces de prolongar ese buen tono durante los meses siguientes.
Ahora bien, no todo han sido alegrías para los presidentes “brillantes” desde su estreno. Desde mediados de julio (lo que supone 20 meses desde que ganaron las elecciones), los presidentes que experimentaron un extraordinario primer aniversario empezaron a encontrarse con su primer revés de magnitud en los mercados.
Concretamente, desde mediados de julio hasta el mes de noviembre (momento en el que se cumplen dos años desde su elección), el rendimiento promedio de los presidentes “brillantes” retrocede hasta situarse unos 4 puntos porcentuales por debajo del segundo año de todos los presidentes.
¿Será el próximo verano el momento en el que Biden experimentará su primer revés de cierta magnitud en el mercado tal y como le sucedió a sus “brillantes” predecesores? Es algo que todavía está por ver. No obstante, como siempre os digo en estos casos, este tipo de patrones históricos están ahí para ofrecer una visión orientadora (que no operativa) de los mercados.
Estos datos están bien para conocer cómo ha reaccionado de media el mercado ante situaciones similares, pero a la hora de operar lo importante siempre serán los aspectos técnicos que muestren tanto los mercados, como los sectores y los valores.
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