Dados los recientes síntomas de debilidad en los indicadores de amplitud, es importante que nos detengamos en otro aspecto que también tiene mucha importancia desde un punto de vista cíclico. Esto que trataremos hoy no ocupa portadas en los medios, pero debe ser conocido por todo inversor en los mercados que quiera tener una carrera satisfactoria en el mundo de las inversiones.
Hablamos de los bonos, cuyo precio resulta históricamente un indicador adelantado sobre los mercados de acciones. A raíz de los movimientos en los mercados de deuda en las últimas semanas, vamos a aprovechar para repasar conceptos y ver la situación actual.
Históricamente, descensos superiores al 20% en el precio de los bonos a 30 años y alrededor del 10% para los bonos a 10 años, han sido preludio de mercados bajistas en la renta variable tal y como podemos observar en los siguientes ejemplos.
En 1980 el director de la Reserva Federal, Paul Volcker, aumentó la tasa de interés de EEUU atrayendo capitales de todo el mundo. El objetivo era lograr que la afluencia de divisas bajara la inflación y relanzara la maquinaria productiva norteamericana que estaba en recesión. Como es lógico, esta política restrictiva tuvo su influencia en el precio de los bonos, que perdieron un 40% en algo más de un año.
Tal y como podéis ver en la imagen de arriba, la acusada caída del bono avisaba sobre un posible inicio de crash en las bolsas, que llegaría 6 meses después en el mercado bajista de principios de los 80, en el que las bolsas de valores perdieron más de un 25% de su valor.
1987:
No fue la mayor caída de la historia del Dow Jones, pero tiene la fama de serlo. Han pasado tres décadas, pero el famoso y dramático ‘Lunes Negro’ –‘Black Monday’ para los anglosajones- todavía retumba en las memorias de millones de norteamericanos. Aquel fatídico 19 de octubre de 1987 los cimientos de la mayor bolsa del mundo, Wall Street, se tambalearon por el pánico de millones de inversores que se lanzaron en masa a vender sus acciones.
Para muchos, este es el cisne negro por excelencia que, para el que no lo sepa, significa que estamos ante un hecho improbable, impredecible y de consecuencias imprevisibles.
Este tipo de “titulares” a mí nunca me han gustado, ya que son la típica respuesta fácil que invita a dejar pasar por alto hechos que si se estudian nos pueden resultar útiles para el futuro.
Una vez más el bono tuvo la clave y la caída del precio, en más de un 25% terminó con aquel fatídico lunes que muchos siguen creyendo que fue impredecible.
2000:
Ya estamos mucho más cerca del presente y seguro que muchos de los que leáis este artículo ya estabais participando en las bolsas de valores en la famosa crisis de las “puntocom”.
Desde finales de 1998 el bono estadounidense empezó a gotear poco a poco a la baja, hasta llegar a perder la friolera de un 35,7%. Una vez más el bono advirtió de que la fiesta alcista estaba a punto de terminar, y sucedió que en el año 2000 las bolsas de valores empezaron a formar un techo que desencadenaría en un mercado bajista que llevó a perder al índice S&P500 un 47% de su valor.
2007-2009:
Antes de la crisis financiera, el bono (en este caso el alemán a 10 años) también nos avisó de que algo malo se acercaba cuando desde 2006 la deuda germana estaba de capa caída. La razón de utilizar el bono alemán en los dos últimos grandes mercados bajistas, es que desde principios de milenio la Reserva Federal ha estado interviniendo fuertemente el mercado de bonos americano, generando alteraciones artificiales sobre el precio que pueden alterar el estudio.
Lo que sucedió un año después a la caída de los bonos alemanes todos lo sabemos, un mercado bajista que llevó al SP500 a perder un 56% en el que es ya uno de los mayores mercados bajistas de la historia de las bolsas de valores.
2020:
Por último, veremos como antes del estallido del mercado bajista del COVID en el que las bolsas estadounidenses perdieron un 33,90% de su valor, tanto los bonos americanos a 10 años y a 30 años llegaron a su nivel de alerta histórica (perdiendo más de un 10% y 20% desde máximos respectivamente).
Bonos americanos a 30 años pre-COVID:
Bonos americanos a 10 años pre-COVID:
Ahora que ya entendemos con ejemplos históricos cómo la caída en los precios de los bonos termina por afectar a las bolsas de valores, es momento de revisar el aspecto actual de los bonos. En estos momentos mantenemos nuestra atención en los bonos americanos, ya que actualmente el Banco Central Europeo está interviniendo con mucha fuerza el mercado de bonos alemanes, mientras que los bonos estadounidenses están fluctuando con mayor libertad, lo que nos permite seguir de forma más certera sus movimientos.
Bono americano a 30 años en la actualidad:
Bono americano a 10 años en la actualidad:
Desde 2020 se han experimentado retrocesos en el precio de los bonos. ¿Pero son suficientes estos retrocesos para un nuevo mercado bajista? Atendiendo a los antecedentes históricos, todavía no, pero hay que seguir de cerca la situación por si se mantienen los descensos en los precios de los bonos.
Hasta el momento la caída máxima del bono americano a 30 años ha supuesto aproximadamente un máximo retroceso del -17,31% mientras que la caída máxima de los bonos a 10 años es del -6,69%, lo que siguiendo los antecedentes históricos todavía no es suficiente para generar un nuevo mercado bajista como los repasados anteriormente.
No obstante, como siempre, deberemos de estar pendientes, porque en el caso de que los bonos siguieran cayendo hasta los niveles de “alerta histórica” la situación sería más delicada y habría que recurrir a un segundo indicador clave (línea avance/descenso) para ver si se mantiene en ese momento su debilidad y por lo tanto saber si existe riesgo o no de un empeoramiento de las bolsas de valores en los meses siguientes. Esto es algo que todavía está por ver y que llevará su tiempo, pero es una situación que desde esBolsa seguiremos de cerca los próximos meses.
No olvidemos, que detrás de estos movimientos históricos están los flujos monetarios a gran escala. Si el precio de los bonos cae, su rendimiento aumenta (este hecho, está siendo noticia en las últimas semanas) y ese rendimiento creciente de los bonos compite con las bolsas a la hora de generar rentabilidad para los inversores, pudiendo generar un trasvase de dinero de renta variable a renta fija.
Hasta el momento la situación ha sido la opuesta. La escasa rentabilidad de los bonos fuerza a los inversores a buscar retornos en la renta variable, situación que cambiaría si por la razón que sea, la rentabilidad de la renta fija repunta (o lo que es lo mismo, su precio cae) en los niveles estudiados en este artículo.
Como podéis comprobar, este suceso ha derivado en mercados bajistas a lo largo de la historia (no es que lo diga yo, es que los gráficos así lo indican), por lo que no hay que perderlo de vista, ya que si los bonos siguen aumentando su rentabilidad y la línea avance/descenso ofrece síntomas de debilidad la situación se volvería más delicada.
Con los datos actuales, la situación sigue siendo favorable a medio plazo para el ciclo alcista y en esa dirección siguen nuestras inversiones. Ahora bien, que el ciclo alcista siga vigente no significa que bajemos la guardia de cara a los acontecimientos que tendrán la clave de saber si un cambio de ciclo se acerca (o no) en el futuro.
Recordad que podéis seguir la evolución de la caída de los bonos dentro del área “Gráficos” de esbolsa.com con datos desde los años 70 para que podáis estudiar los antecedentes históricos.
Recuerda que toda mi metodología de inversión, y el estudio de los flujos monetarios que generan mercados alcistas y bajistas, lo aprenderemos en el curso on-line para inversores de esBolsa.com.