El Q Ratio es un método desarrollado por el premio Nobel James Tobin para intentar estimar hasta qué punto es justo el precio del mercado de valores. Tobin plantea que, en una situación ideal, la combinación del valor de mercado de todas las compañías que componen la bolsa de valores debería ser igual al coste de reemplazo de estas.
Pero, ¿qué se entiende como coste de reemplazo? El coste de reposición o reemplazo es la cantidad que sería necesaria para reemplazar un valor por otro valor similar con idénticas características y perspectivas de futuro. Por ejemplo, cuando una empresa está contemplando adquirir otra y quiere estimar el valor de la compañía objetivo, el coste de reemplazo proporciona un valor más acertado que el coste real de mercado.
El cálculo del Q ratio es el siguiente:
Aunque parece un cálculo muy simple es realmente complejo, ya que implica almacenar y procesar los datos de un número muy alto de valores. Por eso el encargado de calcular y publicar trimestralmente dicho ratio es un departamento gubernamental estadounidense, con los datos que obtiene de la Reserva Federal.
¿Cómo interpretamos el Q-Ratio?
Si aplicamos la fórmula que hemos visto anteriormente, un Q-ratio entre 0 y 1 significaría que el coste de reemplazo es mayor que el valor de mercado y por tanto la acción estaría infravalorada. Por el contrario, un Q-ratio por encima de 1 significa que la empresa está sobrevaluada. Si esto lo generalizamos para el conjunto del mercado, cuando el Q ratio está por encima de 1 nos diría que el mercado en general está caro y por debajo de 1 barato.
Sin embargo, aunque el valor lógico debería mantener una relación 1:1, históricamente no ha sido así. La explicación, según Smithers & Co., es que el coste de reposición de activos de la compañía se exagera. Por tanto aunque se debería considerar 1 como la frontera, la media aritmética del histórico del Q-ratio se encuentra sobre 0.71 y ese es el valor que se sobreentiende como “justo”.
Aunque a primera vista parece un indicador muy interesante, también tiene sus inconvenientes. El principal es que cuando se publican los datos tienen ya dos meses de antigüedad, y los siguientes tardan otros tres meses en salir. Por tanto, no es un indicador que nos pueda servir para el corto plazo, sino más bien como complemento para el largo.
El Q-Ratio a día de hoy
En la siguiente imagen, extraída de la página web de Dough Short, podemos ver la situación actual del Q-Ratio, la cual nos estaría diciendo que nos encontramos con un mercado sobrevalorado.