La debilidad que muestran las bolsas europeas, hace que desde hace semanas nuestro punto de mira esté lejos del viejo continente, centrando nuestra atención en mercados mucho más fuertes como Hong Kong y EEUU. Invertir en Europa desde hace meses supone un claro coste de oportunidad, puesto que en líneas generales el rendimiento de las bolsas europeas es claramente inferior al de los mercados citados anteriormente.

No obstante, hay algunos pocos “oasis” de fortaleza en Europa como son las bolsas Austria y Grecia. Esta última está dando síntomas de querer situarse como una de las bolsas líderes de Europa.

No cabe duda de que la bolsa griega opera con una pendiente ascendente de su media móvil de 30 semanas, lo que indica que este mercado ahora mismo mantiene un sesgo alcista de medio plazo. De hecho esta semana el mercado griego está estableciendo nuevos máximos multianuales. Además de esto, la lectura del indicador RSCMansfield que mide el desempeño relativo del índice, nos dice que este mercado avanza a un ritmo superior que la media del mercado.

Por tanto, estamos ante un mercado que es fuerte y alcista, en el que técnicamente merece la pena buscar oportunidades de inversión puesto que sus componentes tienden a premiar a los inversores con alzas superiores a las de la media del mercado.

Tal y como os explico en el c urso on-line para inversores de esBolsa.com y en mi libro “El Código de Wall Street”, nuestra hoja de ruta como inversores está clara, buscar opciones de inversión solo en los mercados que estén fuertes y alcistas, y en estos momentos el mercado griego busca situarse entre esos mercados apetecibles (lástima que sea un mercado pequeño y que no haya muchos valores en él).

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