Esta semana los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se han situado en niveles mínimos de cuatro años por debajo del nivel del 1,6%.

Tal y como venimos comentando desde hace semanas los rendimientos de la renta fija soberana internacional están estableciendo nuevos mínimos históricos en los mercados desarrollados de todo el mundo. El bono alemán con vencimiento dentro de 10 años se ha situado en territorio negativo por primera vez en la historia.

Está caída de los rendimientos de los bonos sitúa sus precios en máximos (recordemos que los rendimientos y los precios de los bonos se mueven en direcciones opuestas), y aunque a corto plazo este tipo de situaciones en la renta fija suele ir enlazada a episodios de nerviosismo en el mercado de valores, a medio plazo rendimientos cada vez más bajos de los bonos es un factor positivo para la renta variable. Los rendimientos cada vez más bajos de la renta fija siguen haciendo que ésta sea cada vez menos atractiva para los inversores, “obligándoles” tarde o temprano a buscar retornos a sus ahorros en los mercados de valores más fuertes del mundo.

Esta situación con rendimientos cada vez más bajos en la renta fija, tal y como explicamos la semana pasada beneficia especialmente a los sectores que distribuyen dividendos más elevados (tabacaleras, servicios públicos, eléctricas, telecomunicaciones…). En el otro lado de la balanza como sectores más perjudicados están la industria financiera en general y el sector bancario en particular tal y como expliqué a principios de año.

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Los análisis aquí expuestos son opiniones estrictamente personales, no recomendaciones.