Para empezar la jornada de hoy jueves, vamos a hacernos eco de la que tal vez sea una de las noticias más importantes de los parqués mundiales en este 2014. Esta noticia tiene su epicentro en la Bolsa de Shanghái, un mercado que fue establecido el 26 de noviembre de 1990 y que actualmente cuenta con una capitalización de 4198832 millones de dólares, lo que tal y como vimos la semana pasada en el artículo “Así se distribuye la capitalización mundial en los mercados” la convierten en el tercer mercado bursátil del mundo, solo por detrás de EEUU y Japón.

A diferencia de la Bolsa de Hong Kong, la Shanghái Stock Exchange aún no está totalmente abierta a los inversores extranjeros. El gobierno chino ejerce un estricto control sobre este mercado que lo hace prácticamente inaccesible desde fuera de la China continental.

No obstante, el pasado 10 de noviembre se hizo público un anuncio, que hará posible la apertura de una nueva ventana al inversor extranjero para invertir en un mercado hasta ahora cerrado como era el chino. Las autoridades chinas y de Hong Kong anunciaron el pasado lunes, el lanzamiento del sistema Shanghái/Hong Kong Stock Connect para el próximo lunes 17 de noviembre. Como resultado, más de 500 acciones de la bolsa de Shanghái (anteriormente no disponibles para los inversores extranjeros) cotizarán en la Bolsa de Valores de Hong Kong, que si que está abierta al mundo.

Estas 500 empresas hasta ahora solo cotizadas en la bolsa de China continental representan el 90% de la capitalización de mercado de Shanghái, con lo que a través del sistema Shanghái/Hong Kong Stock Connect en principio se tendrá acceso a los valores más líquidos del mercado de Shanghái. Digo “en principio” porque hasta el momento no ha trascendido toda la información, y faltará por ver la letra pequeña del acuerdo.

Esta noticia no podía llegar en mejor momento, ya que como venimos comentando desde mediados del pasado mes de octubre, técnicamente la bolsa de China se ha convertido después de varios años de debilidad en uno de los mercados más fuertes del mundo.

El gráfico que podéis ver a continuación es el resultado de generar un ratio entre el comportamiento del mercado de Shanghái y el promedio bursátil mundial. Si la línea es ascendente, significa que la bolsa de Shanghái lo hace mejor que el promedio mundial, y por el contrario, si la línea cae, significa que el mercado de Shanghái lo hace peor que el promedio mundial.

Entre los años 2006 y 2007, el mercado de China fue un mercado que superó con creces el rendimiento del promedio global. De hecho, fueron esos los años cuando el mercado de China se hizo más conocido dadas sus espectaculares revalorizaciones.

Tras sufrir en el mercado bajista de 2008, y después de una pequeña recuperación en la primavera de 2009, la bolsa de Shanghái ha ganado un 18% en comparación con una ganancia del 128% del resto del mundo. Esto se traslada en el gráfico con una pendiente descendiente de la relación, reflejo del peor comportamiento de la bolsa de Shanghái con respecto al mundo. En la parte inferior derecha del gráfico se aprecia como la relación de Shanghái / Mundo ha roto la directriz bajista que mostraba el reflejo de la debilidad de la bolsa China desde 2009.

Este dato reafirma la mejora del aspecto técnico del mercado chino que ya tratamos aquí el pasado mes de octubre. A día de hoy tal y como se aprecia en la imagen adjunta, el mercado de China Shanghái es fuerte y alcista, y mientras así se mantenga, será un mercado apto para buscar oportunidades de inversión.

La implementación del sistema Shanghái/Hong Kong Stock Connect podría ser un primer paso para abrirnos las puertas a invertir en este mercado que recientemente y después de muchos años de debilidad ha despertado. No obstante, habrá que estar pendientes de todos los detalles que formalicen el acuerdo para saber si finalmente la inversión en el mercado chino está liberalizada completamente o todavía dispone de restricciones legislativas.

Recuerda que toda la metodología de inversión así como la confección de la plantilla de análisis viene explicada en detalle en mi libro “El código de Wall Street”.