Los ciudadanos de Estados Unidos acuden hoy martes a las urnas para hacer frente a las elecciones de mitad de mandato que decidirá la agenda política en EE.UU. Estas elecciones conocidas como “midterm” se celebran a mitad del mandato del presidente, es decir, a los dos años de haber sido elegido en las urnas. La importancia de estas elecciones radica en que el partido ganador controlará el Congreso, la rama legislativa del Gobierno de EE.UU.
Más allá de la política, y centrándonos en los mercados, la fecha de estas elecciones en el segundo año del mandato ha tenido históricamente una repercusión clara sobre las bolsas de valores que revisaremos hoy.
En el gráfico que podréis ver a continuación se refleja un estudio en el que se han recopilado datos históricos del Dow Jones Industrial desde 1896. Estos datos han sido agrupados para obtener los promedios históricos de los ciclos presidenciales de cuatro años. En el siguiente gráfico podéis ver el resultado, siendo el inicio del mismo el primer día del año posterior a las elecciones.
Como se puede apreciar, para la economía y las bolsas, los mejores años de cada mandato son el tercero y el cuarto, mientras que el primero y segundo son los más mediocres. El ciclo de los presidentes está basado en la humana tendencia presidencial de apretar el acelerador cuando se acercan elecciones, como los estudiantes que no hincan los codos hasta que se aproximan los exámenes. Esto se refleja claramente en el gráfico.
En los primeros dos años, la reciente victoria en las urnas otorga una fuerte legitimidad al partido al frente del gobierno, y esa fuerte legitimidad es la que otorga el respaldo para llevar a cabo políticas menos expansivas, lo que deriva en un menor rendimiento de las bolsas.
Sin embargo, al finalizar el segundo año de mandato (justo donde estamos ahora), en EEUU se producen las denominadas “Midterm elections” (se celebran hoy), unas elecciones donde el electorado suele castigar al partido del presidente. Esto provoca que éste en su tercer año lleve a cabo políticas de renovación, para ello tratará de mantener su popularidad sea como sea, no vaya a ser que los libros de historia y el electorado le castiguen. Ante esta situación, los gobiernos no dudan en “salvar el culo” y poner en marcha medidas expansivas que fomenten los negocios.
Esto se refleja claramente en un mejor comportamiento histórico de las bolsas desde este punto y hasta el fin del ciclo presidencial.
Recuerda que el estudio de patrones estacionales es otro de los temas que estudiamos en mi libro “El código de Wall Street”.