En la actualidad, cuando hablamos de los precios de la madera, la relacionamos con la construcción de viviendas americanas. De hecho, tal y como vimos hace unos días, puede resultar un interesante indicador económico que nos muestre la fortaleza o la debilidad del sector constructor de viviendas en EEUU.
Sin embargo, la madera se viene negociando como una mercancía desde hace más de 5 siglos como fuente de energía. No fue hasta que llegase el carbón y el petróleo cuando la madera empezó a perder relevancia a nivel energético global.
La madera ha sido y sigue siendo hoy en día, una fuente de energía. Desde cocinar hasta calentar cualquier caldera para la producción de vapor con fines industriales, hemos visto su cambio de papel a lo largo de la historia.
Hace 500 años, a medida que el uso de la madera se extendía, cada vez más y más europeos descubrieron las posibilidades de esta materia prima para ser utilizada en hornos dentro de un proceso siderúrgico. A medida que los usos de la madera se extendían por el viejo continente, Europa comenzó a sufrir una rápida deforestación, entre los siglos 15 y 18, lo que dejó claro entre los gobiernos de Europa que la tendencia en tala de árboles no podía continuar a ese ritmo. Por la década de 1550, el Parlamento Inglés comenzó a aprobar leyes que restringían el uso de la madera como fuente de combustible. Además de esto, cuando Inglaterra fue a la guerra con Francia en 1620, las reservas forestales comenzaron a mostrar signos de grave escasez. Para construir su flota de barcos, Inglaterra tuvo que importar toda su madera desde Escandinavia y de sus colonias americanas. A su vez, España, que también participó activamente en la construcción de barcos para la guerra, derribó grandes secciones de bosque para construir la famosa Armada Española. Una vez que se perdió esta flota, los españoles no teníamos suficiente madera para reconstruir y buscamos nuevas fuentes de madera alrededor del mundo.
A mediados del siglo 18, Europa se encontraba en una crisis energética profunda, y como siempre suele suceder a lo largo de la historia de la humanidad, cuando la situación se volvió insostenible fue cuando se buscaron nuevas fuentes de energía. A medida que el proceso de extracción y refinación de carbón se hicieron más eficientes, cada vez más países europeos comenzaron a depender de carbón y por lo tanto la demanda de este producto aumentó.
Por las mismas razones que el carbón sustituyó la madera, el petróleo se convirtió en una nueva fuente primaria de energía llevando a la madera a perder su brillo como fuente de energía. En 1870, los precios de la madera dejaron de ser registrados a medida que otros productos, como los ya citados carbón y petróleo, la reemplazaron. Tras ese abandono en el registro del precio de la madera, en las últimas décadas se ha vuelto a hacer seguimiento a los precios de la madera para reflejar cómo evoluciona este producto ligado ahora a la construcción de viviendas.
Tras un poco de historia, os dejo un gráfico de nada más y nada menos que 513 años con los precios de las diferentes fuentes de energía… Empezando por la madera en el año 1500 (línea roja) pasando por el carbón (línea azul) y el petróleo (línea rosa).
Gráfico: Global Financial Data