Mirando más allá del análisis de los bonos de Bill Gross

Esta semana se ha hablado, y mucho, en los medios de comunicación estadounidenses sobre el comentario que ha hecho Bill Gross de que un movimiento en el rendimiento de los bonos a 10 años por encima del 2.6% terminaría con el mercado alcista secular en el precio de los bonos (bajista para sus rendimientos). Parte de su razonamiento es que un aumento por encima del 2,6% en el rendimiento de los bonos a 10 años rompería una línea de resistencia descendente que se remonta a los años ochenta.

Suelo ser escéptico cuando los medios de comunicación comienzan a usar el análisis técnico para hablar de grandes cambios cíclicos, así que he decidido buscar esa línea de tendencia de la que habla Bill Gross.

Normalmente, cuando se examinan gráficos a largo plazo se utilizan escalas logarítmicas (ya que reflejan mejor la magnitud de los movimientos en términos porcentuales). El siguiente gráfico muestra en escala logarítmica la línea de tendencia descendente del rendimiento de los bonos estadounidenses que comenzó en 1981.

Claramente esta no es la línea de la que habla Bill Gross, ya que está muy por encima del nivel del 2.6%.

El siguiente gráfico representa el mismo gráfico en una escala aritmética.

Esta línea tampoco es a la que se refiere Bill Gross ya que ya se ha roto.

El único ajuste que se asemeja a lo dicho por Bill Gross es una línea de tendencia que comenzó en 1988. Esa es la que se muestra en el siguiente gráfico.

Supongo que esa es la línea de tendencia de 30 años a la que hace referencia el Sr. Gross.

Personalmente considero que los comentarios de Bill Gross al respecto tienen poca utilidad e incluso están basados en algo extremadamente frágil como son las líneas de tendencia, ya que como hemos visto, se pueden dibujar de varias formas distintas, cada una con una interpretación distinta.

Personalmente considero que los rendimientos de la renta fija se van a mantener en niveles bajos durante varios años. Esto es lo que ha sucedido en otros periodos similares de la historia en los que la economía tiende hacia la deflación (inviernos de Kondratiev explicados en mi libro “El Código de Wall Street”).

Nikolái D. Kondrátiev (1892-1938) fue un famoso economista ruso. Fundador del Instituto de Coyuntura de Moscú (1920), es autor de “Los grandes ciclos de la vida económica” (1932), obra en la que señala la existencia, en la economía, de oscilaciones periódicas largas, conocidas con el nombre de «ciclo largo» o «ciclo de Kondrátiev». A mí, personalmente, me tiene fascinado cómo esta interpretación tan “sencilla” de la economía se ajusta tan bien a la realidad décadas después de la muerte de su autor. Kondrátiev puso de relieve ciclos que duran décadas y que se pueden resumir en cuatro fases:

1-. Primavera: Un tiempo marcado por la expansión económica. Los ahorros están en niveles bastante altos, y los tipos de interés son bajos. Las acciones y los bienes raíces son las inversiones de mayor éxito.

La primavera más reciente: 1949-1966. Otras primaveras anteriores: 1794-1800, 1844-1858, 1896-1907.

2-.Verano: Una época marcada por la alta inflación, altos tipos de interés y por la volatilidad. Productos básicos, oro, y bienes raíces funcionan muy bien durante esta fase.

El verano más reciente: 1966-1982. Otros veranos anteriores: 1800-1816, 1858-1864, 1907-1920.

3-. Otoño: La etapa más feliz del K-Cycle. Las inversiones en activos financieros, como las acciones y los bonos, siempre son las que mejor comportamiento registran. El otoño se caracteriza por las burbujas especulativas en acciones, bonos, bienes raíces y objetos de colección. Por otro lado, oro, plata y productos básicos sufren un colapso. El otoño se caracteriza también por un deterioro grave en el ahorro, y un aumento peligroso y temerario de la deuda. Los desequilibrios se acumulan hasta el punto en que no puede continuar.

El otoño más reciente: 1982-2000. Otros otoños anteriores: 1816-1835, 1864-1874, 1920-1929.

4-. Invierno: Los excesos de la locura del otoño se purgan o se limpian. El resultado final es una época deflacionaria con continuas recesiones. Por lo general, suelen producirse crisis bancarias, quiebras, un aumento de las ejecuciones hipotecarias, al igual que un descontento social masivo.

El invierno más reciente: 2000 – presente. Otros inviernos anteriores: 1835-1844, 1875-1896, 1929-1949.

La longitud de un ciclo completo, que contenga todas las estaciones, ronda entre los 50 y 70 años, y por eso se considera un ciclo vitalicio. La mayoría de la gente lo experimenta una sola vez a lo largo de su vida, y esto explica por qué cada generación no está preparada para cada fase del ciclo, puesto que nunca lo ha visto antes.

El ciclo en el que se encuentra el mercado americano en particular (y el mundial en general) actualmente es el invernal. Para poner este ciclo en contexto, y comparar el rendimiento actual de los bonos gubernamentales a 10 años con otros ciclos deflacionarios precedentes (gran depresión de los años 30 y el mercado japonés desde 1989 hasta hoy), desde esBolsa hemos creado el siguiente gráfico que compara el rendimiento de los bonos a 10 años desde que empezasen su difícil era deflacionaria durante los años siguientes.

En el siguiente gráfico, la línea azul corresponde al rendimiento de los bonos japoneses desde el estallido de su burbuja en 1989. Una época en la que el mercado japonés sigue luchando por sobrevivir a la deflación. La línea roja corresponde al rendimiento de los bonos americanos a 10 años durante la gran depresión y hasta finales de los años 50. Y por último la línea verde es el rendimiento de los bonos americanos a 10 años, desde que empezásemos el último ciclo secular (invierno de Kondratiev) en el año 2000 hasta hoy.

Como refleja la flecha negra que representa el rendimiento promedio de los bonos en estos ciclos tan complicados para los mercados, los bonos empiezan con unos rendimientos altos que caen de forma vertiginosa en los siguientes meses a medida que los gobiernos se dan cuenta del escenario complejo que se les avecina (la economía tiende hacia la deflación) y han de empezar a intervenir. Para ello, la caída se produce de forma progresiva hasta llegar a los 120 meses (10 años) o 156 meses (13 años), momento desde el que el rendimiento de los bonos, si bien reduce la velocidad de la caída, se mantiene en niveles bajos (e incluso negativos) con tal de poder mantener la economía a flote.

Ese es justo el momento en el que nos encontraríamos ahora; un punto en el que los rendimientos de los bonos frenan la velocidad de sus caídas, pero que se mantienen todavía en niveles muy bajos durante varios años. El contexto en el que la economía tiende a la deflación obliga a mantener tipos de interés bajos ya que las presiones inflacionarias son escasas o incluso inexistentes.

Todos estos ciclos, empiezan tras una época de excesos como la que se vivió en Japón durante los años 80, en Estados Unidos durante la década de los 20 o en el mercado americano con los excesos alcistas que llevaron al estallido de la crisis puntocom y después de la subprime. Estos excesos no se “purgan” en poco tiempo, requieren el paso de los años con “respiración asistida” para la economía.

Toda mi metodología de inversión viene explicada en detalle en mi libro “El código de Wall Street”. Con la compra del libro dispondrás de tres meses de acceso gratuito a todas las herramientas de esBolsa.com

Edición revisas El Codigo de Wall Street Ricardo Gonzalez

“El Código de Wall Street”.

El libro de Ricardo González

¡No te quedes sin él, pide tu ejemplar aquí!

separador+(2)[1]

Los análisis aquí expuestos son opiniones estrictamente personales, no recomendaciones.

separador+(2)[1]

Publicidad

4 responses to “Mirando más allá del análisis de los bonos de Bill Gross

  1. Ricardo, excelente artículo.

    ¿Qué indicadores tendríamos que revisar para tener certeza de que estamos dejando la fase invernal y nos estamos adentrando en la fase primaveral?

    Gracias y saludos

    1. Buenas tardes Jaime.
      Habrían varios factores que indicarían la llegada de la primavera de Kondratiev:

      En primer lugar que el ratio precio/dividendo baje a niveles más bajos.

      https://www.losmercadosfinancieros.es/esta-es-la-pieza-clave-para-iniciar-un-nuevo-ciclo-secular-alcista.html

      Y en segundo lugar, un incremento pausado (no vertical)en los rendimientos de los bonos, acompañados por alzas en las bolsas.

      Probablemente esos serán los principales indicativos del fin del invierno de Kondratiev y el inicio de la primavera. Todavía queda bastantes años para ello, pero lo iremos siguiendo.
      Un saludo!

      1. Enhorabuena por el artículo, Ricardo.
        No me ha quedado claro una cosa.
        Dices que se necesitaría una bajada del ratio precio/dividendo acompañada de alzas en las bolsas. Esto es compatible?? Sólo se me ocurre con un incremento bestial de los beneficios empresariales. No sé si estoy equivocado. Gracias.

        1. Buenas tardes Jose.
          Para que baje el ratio precio/dividendo en primer lugar deberá haber un gran mercado bajista que ajuste dicho ratio a niveles aptos para el inicio de un nuevo ciclo secular. Dicho mercado bajista sería el último de este invierno de kondratiev y una vez finalziado, con un ratio precio/dividendo más bajo, daría inicio la primavera de Kondratiev.
          El inicio de ese gran crash que ajuste el ratio precio/dividendo de momento no parece cercano, ya que el actual ciclo alcista sigue gozando de salud.
          Un saludo.
          Ricardo.

Responder a Ricardo González Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.